Resultado de la 6ª Jornada |
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Real Madrid |
Borussia Dortmund |
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3 | 2 |
El Real Madrid derrota al Borussia Dortmund y pasa como segundo de grupo a octavos de final..
Mayoral, Cristiano y Lucas Vázquez entregan la victoria a los blancos, que la vieron peligrar tras el doblete de Aubameyang.
Antes del partido hubo minuto de silencio por Jensen y cierta sorpresa y hasta incomprensión por la suplencia de Ceballos en una noche así. El Madrid salió alegre, como muchas veces. Las salidas son buenas, aunque no están animadas por eso que se llama una «filosofía» de juego sino por Cristiano, cuya ambición naif no terminamos de entender, aunque maneja la barca del Madrid. Una, dos, tres verticales hacia el área en busca de su gol hasta que un rechace quedó suelto para que Mayoral hiciese el 1-0 en situación de «9»; no el mejor de Europa, ni el mejor de España, probablemente ni siquiera el mejor de la cantera, pero al menos un «9».
Minutos después llegó el segundo: Cristiano de tiro colocado a la escuadra desde el pico del área, como Sterling con el City el otro día. Cristiano marca así en todos los partidos del grupo, otra variación sobre el mismo récord.
La otra buena noticia fue Kovacic, que devolvía a la exangüe media blanca su sifón, esa personal combinación de velocidad y habilidad en corto.
Esta alegría general duró unos 20 minutos. A partir de ahí el partido se sumió en un sopor literalmente inenarrable. En el Madrid comenzaron las pérdidas de balones, que parecen el resultado de un virus carcomiendo el sistema motor de sus futbolistas. El Borussia, que hasta el momento había dejado una imagen de lastimosa debilidad, comenzó a aparecer. A Aubameyang le ganó siempre Varane, pero Varane se retiró lesionado –frente al Sevilla, drama en la defensa–, y además apareció Pulisic, una promesa del dribling. Se fue de su par en el 24, 25, y en el 26, muy caliente, le dio una ocasión clara a Kagawa. Además le vimos algún detalle a la zurda tímida de Sahin. En el Madrid, convertido en un caos sin forma, con sus jugadores enmarañados en sus propios regates, solo respondía Theo con carreras claras, nítidas. Se estaba poniendo tan mal la cosa que no extrañó el gol de Aubameyang, un cabezazo colosal que Ramos observó a una distancia de entrenamiento.