In Memoriam

yolanda bmw

Dra. Yolanda F. López Rubio
Madrid 07/05/1958
S.S. de los Reyes (Madrid) 31/03/2015
RIP


Publicidad

Developed in conjunction with Joomla extensions.

Webs de LuisSkier®

Estás visitando otra web de LuisSkier©

logo fb

Pulsa para más información y enlaces a las que dispone

Publicidad

Developed in conjunction with Joomla extensions.

Publicidad

Developed in conjunction with Joomla extensions.

logo champions


Semifinal (ida)

Estadio Alfredo Di Stéfano

Martes, 27 de abril de 2021 a las 21:00 h
 
Real Madrid     
 Chelsea
1
Karim Benzema 29'

escudo real madrid escudo chelsea   1
Christian Pulisic 14'

El Real Madrid empata con el Chelsea.

Todo se decidirá en Londres.

Karim Benzema anota el primer gol del Real Madrid, empatando a uno con el Chelsea.Cuando sonaba el himno de la Champions, Benzema esperaba el partido con los incontenibles signos de confianza de una estrella de la NBA o un campeón de Boxeo. Desde luego no era fanfarronería. Sostuvo con su clase al Madrid cuando la noche era cerradísima. El Madrid se rescató a sí mismo cuando no parecía posible y se jugará la eliminatoria y alguna cosa más en Londres.

El partido comenzó en un duelo entre Casemiro y Kanté. Por fin. Dos fenómenos geológicos, dos antimaterias. Lo ganó Casemiro, pero no ganaría más.

Fueron necesarios unos minutos, ni llegar a cinco, para saber que el Chelsea era el mejor equipo que había pasado por Valdebebas. Qué andares, qué coordinación... Los primeros quince minutos fueron de una superioridad absoluta. Alcanzaban puntas de velocidad prohibidas para el Madrid, lastrado además por la cojera estructural que es Marcelo.

Muy pronto Werner falló ante Courtois, una parada que se canta como un gol y un fallo que redefine la carrera de un delantero, y Pulisic marcó el 0-1 con un simple balón largo y vertical de Rudiger.

Benzema celebra el gol del empate.Después de bastante tiempo, el Madrid volvía a dar sensación de fragilidad, y quería reaccionar al gol, pero su media estaba desarticulada. El Chelsea era como un equipo del futuro: sólido en defensa, rapidísimo arriba y con combinaciones orquestales de toque, a veces rápido, a veces pausado. Siempre preciso. Nada era fofo, nada sobrante. Todo tenía la cualidad de lo tenso. Era algo reluciente, de una pieza, y con varios ritmos. En el Madrid solo respondía Benzema, que mostraba una imaginación superior, como de otra época (algo que el dinero del Chelsea ya no podrá comprar) y una disposición a tirar del equipo que cristalizó en un tiro al palo en el minuto 22.

La sensación era general, la superioridad exhaustiva. Pero había además cosas concretas: Kanté, sobre todo, que hendía su pasillo interior, pulverizado Kroos, salvado Casemiro, y fuera del alcance de Marcelo, que lo miraba como desde la grada. muy cerca y a la vez lejísimos.

Sus medios abordaban a los medios blancos y se quedaban solos frente a una defensa despavorida. Pero eso se repitió hasta un punto psicológico. Su sorprendente capacidad, la superioridad londinense fue encontrando su límite en la ingenuidad ofensiva.

Christian Pulisic del Chelsea sortea a Courtois para marcar el primer gol de su equipo.Y no solo fue eso. Surgió entonces la voz animosa y como de padre en el partidillo de los sábados de Ramos, que parecía el del megáfono del fondo. Y apareció la lluvia, el microclima de Valdebebas, la cortina (de lluvia) para el fútbol escarmentado y dramáticamente terminal de este equipo. Todo eso, junto a la asunción por el Madrid de su inferioridad, la sensación de que tendría que ganar de otro modo, fue templando su agonismo y dejando indicios de una posible recuperación alrededor de algo distinto.

El Madrid debería juntarse aun más, reconfigurarse, e intentar ganar con sus puntos fuertes, los últimos. Y así fue. A la media hora, un córner lo ganó de cabeza Casemiro, lo peinó Militao y lo recogió Benzema, también por arriba, tic, tac, toc, con inapelable remate final para el empate. Los valores 'unoceristas' de la última Liga. El Madrid competía fieramente para ponerse a la altura de un equipo mejor, que parecía hacer el fútbol de una parte del mundo más desarrollada y con más dinero. Como si su velocidad respondiese a otras velocidades financieras y comerciales.

¿Y si de nosotros solo sobreviviese el Madrid, las ruinas hermosas de este Madrid? Entenderíamos así la Superliga: meternos de alguna forma en el mundo que viene, aunque solo sea así. Salvarnos en ese formato.

Christian Pulisic tras anotar el primer y único gol del Chelsea al Real Madrid.El Madrid mostraba su versión extrema, esa que es el minuto 93 pero todo el rato y sin apenas gol. Resistir. Se metía por fin en el partido. Vinicius ya daba su primera carrera lejana, solitaria y tarantinesca. Respondía él y respondía sobre todo Militao junto a Benzema, supremo y por encima del partido. El resto (que es tanto como decir el equipo) sufría en cada jugada, en cada balón.

La velocidad defensiva, transitiva, y de ejecución del Chelsea parecía el producto de mucho dinero y de mucho método. Dinero ruso, presión alemana, exuberancia cosmopolita. La elegancia de Mount lo legitimaba todo.

Tras el descanso, el Madrid parecía más hecho, menos tembloroso, y empezaba a emerger un poco Modric. Hubo algunas posesiones más largas. El Madrid ya era reconocible a la altura del minuto 60, así que Tuchel hizo tres cambios para juntar a Jorginho, Mount, Havertz, Ziyech (¡cuánta clase!) y quedarse la pelota. La Flor dictaba a Hazard.

En el Madrid mandaba el «juntitos, juntitos» del zidanismo, tan inspirador y casi político: cuando vienen mal dadas, cuando hace frío, seamos uno, hagámonos caparazón.

El delantero francés Karim Benzema pelea un balón con el defensa brasileño del Chelsea, Thiago Silva.Se intuía ya cierta especulación con el 1-1. Ese momento del «mercado» en que el Madrid hace valer una sabiduría ancestral del valor. El Chelsea no llegaba ya, no inquietaba como antes, aunque Kanté seguía funcionando como una ley incansable.

Minutos de medias pesadas, de nervios de acero. El Madrid minimizaba toda pérdida, y mascaba su ocasión, que tendría que llegar a balón parado. En el 88, un pase de Kroos que forzó un ay.

La noche no estaba para épicas. Ni para alardes finales de ningún tipo. La temporada se decidirá en Londres. El Madrid se rescató cuando peor estaba, cuando la superoridad del rival parecía incontestable y no había otra cosa a la que agarrarse que Benzema. Agradecerá la velocidad de Mendy y Valverde. Nunca ha ganado a Tuchel ni al Chelsea y sonarán trompetas de gran reto existencial para el Madrid.

IR AL MENÚ CHAMPIONS 2020-2021

Publicidad

Developed in conjunction with Joomla extensions.

                                                                                             Pulse sobre cualquier imagen para verla a mayor tamaño y con su pie