Resultado de la 28ª Jornada |
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Eibar |
Real Madrid |
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1 | 2 |
Al principio de temporada, el Madrid se dejó la Liga en varios partidos en el Bernabéu. Parecía que empezaba a vivir sin Cristiano Ronaldo, sin el caudal amazónico de goles del delantero portugués. Era una existencia complicada, cruda, un anticipo de un futuro incierto. Dijo adiós al campeonato. La vida es más sencilla para el campeón desde que ha aflorado de nuevo Ronaldo con su producción habitual. Con sus goles (lleva 10 en sus últimos cinco partidos de Liga) es más fácil para los blancos ganar en partidos tan complicados como el de Ipurua, que resolvió el '7' a última hora, después de un cabezazo soberbio que terminó con la resistencia del Eibar. El equipo de Mendilibar, brioso, atrevido e intenso, dio la cara ante otro grande para acabar de la misma manera, con una derrota que, sin embargo, no le deja en mal lugar.
Durante media hora, el Eibar había convertido Ipurua en un campo de minas para el Madrid, dormido por el madrugón, sin ritmo, impreciso tras mostrarse incapaz de asociarse porque apenas podía dar tres pases seguidos (no es una frase hecha), inoperante al fin y al cabo para hacer algo que no fuera resistir. El equipo de Mendilibar hizo en los primeros 50 segundos más que el PSG en un tiempo. Salió en tromba, como si buscara una remontada, para desbocar un partido que se jugó en el arranque cómo el Eibar quiso, ni más ni menos. Su intensidad fue extraordinaria, marca de la casa. Le llevaba a ganar cualquier pelota dividida, a conquistar las segundas jugadas, a beneficiarse de todos los rechaces. El Madrid andaba perdido en no se sabe qué planeta, incapaz de descifrar la manera de asentarse en Ipurua.
Zidane había puesto al equipo de Cardiff (salvo Bale por Benzema) pero ya no se sabe qué es la segunda unidad en el Madrid después de la exhibición de Lucas, Asensio y Kovacic en el Parque de los Príncipes. Al motor diésel de Kroos le costó adaptarse a los tiempos del partido y Modric, sin la pelota, tampoco parecía demasiado lúcido. A Isco se lo habían tragado varios jugadores del Eibar, amparados en un estilo de arbitraje muy Mateu que aplicó Martínez Munuera. Con el encuentro en manos del equipo de Mendilibar y el Madrid obligado a jugar en largo, sin tino alguno, apareció Keylor para abortar la mejor ocasión azulgrana, en un buen disparo de Kike. Fue el cenit del Eibar.
Después, de tanta fricción no atajada con tarjetas, el partido se fue endureciendo y ensuciando hasta que Modric le dio brillo. La última vez que había jugado en Ipurua fue ovacionado por los aficionados del Eibar. El genio croata volvió a homenajear al fútbol. Primero leyó el pensamiento a Arbilla, que se confió en la salida de la jugada desde su área. Interceptó el balón y en otro toque, con el exterior, dejó solo a Cristiano tras recorrer la bola 20 metros por el aire. Cristiano controló con el pecho en la mejor situación para encarar a Dmitrovic y le batió con facilidad. Un regalo muy bien aprovechado por el mejor centrocampista y por el mejor delantero del Madrid.
El gol le bajó los humos al Eibar, algo desfondado por el esfuerzo anterior y afectado por el tanto encajado. El Madrid hizo algo más que sobrevivir. Pasó a controlar la situación con suficiencia e incluso pudo aumentar su ventaja, con el Eibar ahora superado, pero Dmitrovic paró el disparo de Cristiano. El descanso terminó resultando un alivio para los locales. Tanto que nada más arrancar el segundo tiempo, el equipo armero empató en un córner muy mal defendido por Ramos, falto de energía. Lo hizo Ramis, medio lesionado pero certero. El Eibar recibió la medicina del gol para curarse del último cuarto de hora del primer periodo. Nada mejor.
El Madrid dejó su destino en manos de Modric, que seguía inspirado. El Eibar, sin tantas fuerzas, resistió gracias a Dmitrovic, espléndido para convertir en córner una jugada entre Bale y Cristiano que había nacido para ser gol. La fortuna acompañó al portero serbio en un una acción personal de Modric y también en un cabezazo de Bale. El Madrid quiso. También el Eibar. Inui pudo marcar de cabeza, pero el arsenal blanco es mayor que el del equipo armero. En otra recuperación en campo rival, como en el primer tanto, Carvajal presionó bien para recuperar una bola que al final fue un tesoro. El lateral terminó poniéndola al corazón del área donde apareció Cristiano, que sigue en racha. Su espectacular remate le dio los tres puntos al Madrid, competitivo y resolutivo con el huracán Ronaldo.