Resultado de la 38ª Jornada |
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Villarreal |
Real Madrid |
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2 | 2 |
Se vio en la primera mitad un Madrid de ensayo, y en la segunda uno de acompañamiento, cercano al amistoso.
Con este remanso en el calendario y el Liverpool en España, bien podrían haberse personado los de Klopp en El Madrigal como espectadores y ojeadores directos, lo que hubiese sido histórico. La primera parte les habría preocupado.
Zidane sacó de portero a Luca (no solo del filial, sino filial) junto a un once que podría ser titular con la única duda de Bale por Benzema. Duda más técnica que popular, aunque sería un redondeo colosal y muy de Zidane, una cuadratura feliz del círculo que acabara con el galés de titular en la final de Champions.
Volvió a marcar Bale en una buena jugada, y se vio otra vez, como en el partido contra el Celta, un sorprendente entendimiento con Modric. Bale transmite de nuevo optimismo además de potencia y Modric lleva partidos buscándolo, alimentándolo.
El Madrid jugó muy bien, especialmente su centro de campo. Isco brilló en un 4-3-1-2, despuntando en una media en la que Kroos e Isco se lucían con un juego al primer toque.
El segundo gol lo marcó Cristiano tras un pase de Marcelo con el exterior al estilo Modric.
Fútbol exquisito del Madrid en un ambiente cómodo. Control absoluto del balón, pases imantados, disposición perfecta en el campo, delanteros afilados y eventuales contras bien llevadas por un Isco diamantino. Un Madrid en varias dimensiones, y en todas excelente.
Poco podía hacer el Villarreal.
Pero en la segunda parte cambió mucho el partido y hubo una concesión al equipo local. Debutó Salem, por ejemplo, el jugador reclamo saudí, e Isco y Cristiano se retiraron pronto. El Madrid bajó su ritmo abruptamente, como un motorista antes de la curva, y hubo detalles de sensatez en algunos jugadores que encogieron la pierna intuyendo un choque innecesario.
El Villarreal fue mejorando, siempre con un gran Rodri (se despedía del club, futuro Atlético, potencial enorme para el cholismo) y con los detalles puntuales y fabulosos de Sansone: un caño, una ruleta zidanesca. Ramos sacó un gol con la cabeza con un gesto técnico parecido al que le vimos en las redes en el "reto" del hijo de Marcelo. Hay algo así, espectacular y tan seguro de sí en este Madrid que da miedo mencionarlo antes de una final.
De Ramos hemos conocido también su genial rap egocéntrico, hablando de sí mismo como Eminem o una folclórica. "Ese abdomen es de pico y pala". Nada es poco y nada es ridículo para Ramos ahora mismo. Ha superado varias fronteras de lo legendario.
Roger Martínez, recién ingresado en el campo, marcó el 1-2 en un gol casi imparable. El 2-2 de Villarejo, al final, sí fue imputable al Madrid. Marcelo rompió el fuera de juego con una desidia tan escandalosa como sus gestos técnicos anteriores y dejó en mala posición a Luca, impotente en el uno contra uno. El Madrid se "marceliza" y se "desmarceliza" siempre en un mismo partido.
El resultado era justo porque los madridistas se habían ido del campo, su cabeza en Europa, la historia de esta Liga. En la primera parte se vieron, eso sí, sus mejores atributos para la final de Kiev. Por lo jugado en Villarreal, Isco apunta a titular y eso promete algo muy parecido a lo que se vio en Cardiff.