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Resultado de la 7ª Jornada
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Estadio Santiago Bernabéu Sábado 29 de septiembre de 2018 a las 20:45 h. |
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Atlético de Madrid |
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0 |
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| Próximo partido | ||
Alavés  Real Madrid |
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| Estadio Mendizorroza Sábado 06 de octubre de 2018 a las 18:30 |
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No hay duda. Dos de los mejores equipos de mundo lo son porque bajo palos tienen a guardametas dominantes. Thibaut Courtois y Jan Oblak dejaron el derbi como empezó con unas manos extraordinarias, decisivas, tanto como los goles que negaron a Griezmann, Costa y Asensio. No fue un mal derbi. El Atlético volvió a salir del Bernabéu sin daño, amparado en su fortaleza defensiva, y el Madrid recuperó la autoestima perdida en el Pizjuán. De menos a más, pero sin remate
De un tiempo a esta parte, los derbis del Bernabéu se juegan según marca el Atlético. El manejo del ritmo, de los tiempos y de los espacios rara vez escapa del poder rojiblanco hasta disputar el partido que a ellos les interesa. Duelo cerrado, a pocas oportunidades, en que cada pelota es un Vietnam. Sí, es el mejor derbi del mundo, el que reúne al campeón de la Champions con el de la Europa League y la Supercopa. La igualdad es tal que los detalles son esenciales, y muchos los entrenan los atléticos.
Por ejemplo, el balón a la espalda de Carvajal, el lateral más ofensivo de los blancos. Aprovechan un robo y se plantan en un mano a mano. Ocurrió dos veces, una para Griezmann en una escapada legal, habilitado por Ramos, y otra de Diego Costa, que ganó la posición a Casemiro yVarane. En ambas se hizo enorme Thibaut Courtois, excelente en la salida. Tapó con la cara a Grizi y con el guante más retrasado al hispano-brasileño. Dos intervenciones de mérito para evitar la ventaja atlética antes del descanso.
El Madrid aún sentía en el cuerpo la paliza del Pizjuán. O más bien en la mente, porque esas derrotas, tan incontestables, siempre dejan huella en el futbolista. Salió tímido, a merced del arreón inicial atlético, y le costó más de diez minutos llegar al área enemiga. Dispuso Lopetegui la alineación esperada, con Nacho en el lateral zurdo, y aunque le pone voluntad no es ni lateral ni zurdo. Está fuera de sitio, y lo nota cuando tiene que sacar un balón exigido o cuando tiene que cerrar en banda. Aún así le sobra oficio para taponar su sector y hacer que el equipo se preocupe de otras cosas más importantes.
El problema blanco fue su inferioridad en la medular. Había ensayado el Cholo con Lemar en la derecha, a pierna cambiada, y el francés es una delicia cada vez que la toca. Por tanto, Koke se desplazó a la izquierda, y el trabajo del 8 fue incansable para evitar las llegadas descontroladas de Carvajal.
Tejieron muy poco los blancos, desesperados por el dispositivo atlético y por las decisiones del colegiado. No amonestó a Koke por derribar a Bale y se calentó el personal. Después sacó amarilla por protestar a Carvajal, y cuando los rojiblancos clamaron por una mano de Casemiro, que era (ni el colegiado ni el VAR apreciaron voluntariedad) vieron diferente trato. Desorden y poco fúbol más allá de una buena combinación entre Carvajal y Asensio que desembocó en Benzema y Giménez taponó como un coloso.
Ya en el tramo final del primer tiempo pudo hacer Asensio la de Benzema en Kiev. Le pegó en el interior y el error le volvió a Oblak a las manos. Los grandes porteros también tienen suerte. Y en un lance posterior Bale se echó mano al muslo. Estiró, reguló y volvió a dolerse de la zona. Total, que el galés no volvió de vestuarios. Y lo que parecía un serio contratiempo para el Madrid generó una reacción. Se juntó el equipo y se hizo con el derbi, robando pronto y arriba. Ceballos alborotó entre líneas, recostado sobre la izquierda, y esa bulla volcó el partido del lado blanco.
Y si en el primer acto fue Courtois quien marcó el duelo, en la segunda apareció Oblak para discutir el trono. Activó la contra Ceballos para Kroos, el alemán metió un servicio de tiralíneas y Asensio trató de picar, suave. El esloveno sacó una mano divina para salvar el empate. La reacción del Cholo fue meter a Correa y Thomas retirando a Lemar y Costa. Quiso agilizar la transición, pero le costó salir de la cueva.
El agotamiento abrió las líneas, y allí surgió Giménez para sostener a su equipo. Taponó dos internadas de Asensio venenosas. Le faltó oxígeno al balear. Y en un movimiento inesperado los dos técnicos buscaron la sorpresa. Kaliniic y el deseado Vinicius entraron al verde a la desesperada. Pudo ganar cualquiera. Pero con esos porteros un gol es un tesoro.