Resultado de la 25ª Jornada |
Estadio Ciudad de Valencia Domingo 24 de febrero de 2019 a las 20:45 h. |
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Levante - Real Madrid |
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1 | 2 |
El Madrid se impone al Levante con dos penaltis de VAR.
Flojo partido de los de Solari, que marcaron en dos penas máximas. Polémica en la segunda.
El Madrid ganó con discusión y error de VAR un partido que no le soluciona nada en Liga y cuya polémica será debidamente agitada antes de su partido de copa contra el Barcelona.
A doce del Barcelona empezaba el partido el Madrid, y Solari decidió poner a los que no puso contra el Girona, cuando sí tenía posibilidades ligueras. Una gestión que no se entiende. Un día rotaciones y a la semana siguiente once de gala para un trámite absoluto, que así se jugó y así se sintió. O tiene el criterio cambiante de un nuevo centrista o le dieron un mensaje desde el club que él tuvo inmediatamente en cuenta. Lo primero es malo, lo segundo es casi peor.
Nadie parecía querer jugar ese partido, ni siquiera el balón, que corría con dificultad. Era el equipo local el que alegraba el juego, el que más nervio ponía. El Madrid estaba como suele estar cuando ha perdido las Ligas: presente solo físicamente. Y el Levante organizaba un juego directo con balones muy rápidos a sus puntas. Estaba cómodo, con menos balón pero muy metido en el partido.
Benzema de baladista triste y Modric en tono menor. Realmente, solo Vinicius intentaba cosas en el Madrid.
El Levante tenía ocasiones o más bien las tenia Roger: un palo en el 23, y un peligroso tiro después tras una jugada ensayada.
El Madrid no estaba, parecía estar arrastrando los pies, jugando un trámite. Entre lo ausente y lo deprimido. Así que su gol salió un poco de la nada. La mano en movimiento de Bardhi interceptó dentro del área un pase de Modric. No lo había visto el árbitro pero lo vio con el VAR. Este avance técnico está revelando la naturaleza demente del forofismo: una mano, un balón, un área, una imagen, y aún hay gente que lo pone en duda. ¿Qué es necesario? ¿Un certificado de la NASA?
Marcó Benzema y en la celebración del gol nadie se llevó la mano a su entrepierna ni se señaló las gónadas, forma de expresión de júbilo que ha sido validada esta semana por la prensa deportiva madrileña, es decir, colchonera, con la «bula escrotal» a Simeone.
El Levante, ardoroso y señor como siempre, aún respondió y Roger acabó la primera parte con un segundo tiro al palo.
No había mucha justicia en el resultado y la irritación la pagó Vinicius, al que le pitaron una virguería. Estamos a nada de que criminalicen el talento de este chico como hicieron con Neymar.
La segunda parte comenzó como acabó la primera: Courtois parando a Roger y Vinicius contratacando. Es el antidepresivo del Madrid. Dio algo de cuerda a Benzema y tuvo una buena ocasión en el 59. Vinicius tiene que jugar siempre igual que jugaba siempre Cristiano Ronaldo. Puede sonar una herejía, pero es así.
El Levante estuvo unos minutos algo nervioso, irritable la grada, pero en el minuto 60 apareció en su mejor versión. Un desmarque glorioso de Morales que arrastró a los dos centrales y pasó a Roger para que acertara por fin.
Durante algunos minutos, el partido fue un balones a Morales contra pelotas a Vinicius. En el 71 el brasileño se plantó ante Fernández. Falló, pero había que ver la velocidad de ese contragolpe.
El partido no era bueno. No podía serlo plenamente con un césped raro, mezcla de charcos y hierba larga, como de campo sudamericano. Pero culpar al césped de la ausencia de “fúpbol” sería injusto. Era un Madrid más bien mediocre, desinflado y con el mínimo exigible de pundonor de los Lucas Vázquez, Reguilón y Carvajal. Y eso bastaba para ir «subiendo líneas».
Así llegó el penalti a Casemiro que fue pitado con determinación aunque ni en el VAR lo pareció. Casemiro dramatizó un contacto mínimo. Es asombroso que Casemiro, que no es Sir Laurence Olivier precisamente, engañara al árbitro y al VAR. El VAR falla de nuevo en la «jugada gris». Los árbitros no quieren reinterpretar el error del compañero, como si ese error fuera una dignidad corporativa que proteger. Es como si los médicos no permitieran una segunda opinión por respeto al fallo médico.
Marcó Bale, que no quiso celebrarlo. Dolido quizás por ser suplente de Lucas Vázquez, se lo quitó de encima cuando este se le iba a colgar como una mochila. Bale será señalado como mal compañero en una campaña perfecta para empaquetarlo de regreso. Ser «buen deportista» en España es ser siempre un poco hipócrita. Este gesto puede llegar a ser más criticado que una mala patada. Bale altera la Pax Solarix basada en la verticalidad psicodeportiva de Lucas Vázquez.
El Levante siguió con sus balones a los puntas y Nacho fue expulsado, pero el partido ya no cambió.