Resultado de la 34ª Jornada |
Coliseum Alfonso Pérez Jueves 25 de abril de 2019 a las 21:30 h. |
|||
Getafe - Real Madrid | ||||
0 | 0 |
Empate justo en Getafe. El equipo local se vació y el Madrid, sin jugar del todo bien, mejoró la impresión de otros días aunque al final se dejara ir un poco. Le faltó más fútbol, sin Modric, y a cambio dejó los detalles de Brahim. La situación es tal que a cualquier destello se agarra el aficionado. Cuando el Madrid regrese en septiembre habrá un hambre caníbal de fútbol.
El Getafe es una gran noticia para la Liga, y a la vez un aviso para su clase media y media alta. Algo están haciendo ellos muy bien, y algo falla en los demás. Y dice mucho de cómo es Madrid y de la relación del Madrid con su entorno. ¿Permitiría el Barcelona –el barcelonismo en sentido amplio– sorpresas como esta del Getafe tan cerca de casa?
Hay que agradecer a Zidane que sacara a Reguilón, Valverde y Brahim. Más que su fútbol, la expectativa de su fútbol alegraba las cosas.
Tampoco fue una gran primera parte, pero sí fue disfrutable. El Getafe presionó como acostumbra y dio los primeros pasos mecánicos de su fútbol, pero el Madrid estuvo firme. A los balones altos y al agobio respondía con intentos de salida a la contra. Isco era más organizador y mandaba algún buen balón (Benzema tuvo una ocasión muy clara al principio) y en su cercanía con Brahim casi se notó una alegría por contagio. esde la banda, Brahim se perfilaba bien y salía rápido del control, pudiendo también salir por fuera con su derecha.
El partido no era bonito, la pelota botaba más que rodaba, pero sin ser hermoso tenía algo de atractivo. A la seriedad del Getafe, completamente futbolística, se le añadía una mayor viveza del Madrid. No era el tostón de otros días. Incluso hubo el avistamiento, a la altura del minuto 25, de unos momentos de buen juego. Estando Isco más atrás, y Brahim muy móvil, la inteligencia de Benzema tenía con quién tratar. Hasta Bale se animó por la izquierda y comenzó a intentar cosas. Fueron pocas, en cualquier caso.
El Getafe, con su estilo de torno, seguía produciendo jugadas cortas, rectangulares, planas e incansables. Arimbarri tuvo una falta peligrosa que rechazó Keylor y el Madrid respondió con otro contragolpe, un remate de Varane con peligro en un córner y, finalmente, con un fallo claro en el área de Benzema tras un buen pase de Bale. Una jugada con la que parecía que estaban recuperándose los dos, como saliendo de una amnesia temporal. Daba pena pensar que también pudieran estar despidiéndose.
Como siempre últimamente, la segunda parte comenzó mejor. Brahim tuvo una ocasión tras hacer una virguería que debe anotarse porque no se las vemos a sus compañeros. Luego le dio un pase perfecto a Carvajal en una gran llegada del Madrid que Isco no supo rematar. Antes habían probado con zambombazos Casemiro y Carvajal. Bordalás, viendo el panorama, añadió a Ángel al ataque.
Brahim es pequeño como un futbolista del Subbuteo y da gusto verle el catálogo de controles y recursos. Hizo una ruleta de espaldas con caño en dos toques. Hace cosas que al ser descritas suenan como los platos de un chef moderno. Pero la realidad es terca, la vida a veces impone su negrura de manera insoportable, y Brahim fue sustituido por Lucas Vázquez. También es verdad que el partido se iba poniendo serio. Keylor salvó al Madrid en una doble parada a Mata y Molina (min. 72), una ocasión que había nacido de un simple saque en la banda.
El Getafe tiene pequeñas cosas asombrosas. Pequeñas porque hay que fijarse. Sus jugadores corren a discreción, como una selección árabe en en Mundial. Molina empezó a hacer daño en el área y fue imponiéndose la intensidad local. Con el partido descabezado, Zidane probó con la serenidad de Kroos, sin mucho efecto. El Getafe se estaba jugando algo histórico y se notaba. El Madrid resistía pero le faltaba ya un propósito.
Lucas y Asensio no aportaron demasiado y los momentos de Isco en la primera parte, muy contados, desaparecieron. Benzema se desenchufó por completo.
El Getafe lo dejó todo. Sus jugadores intentaban irse directos al ataque. Una subida de área a área de Miquel, por ejemplo, o la jugada de Samu, con fuerte chut, que exigió otra intervención de Keylor Navas. El partido acabó como empezó, pero el 0-0 esta vez no dejó la sensación de estafa o sopor. Imposible estando por medio este Getafe de Bordalás.