Resultado de la 25ª Jornada de la Liga 1ª División |
Estadio Ciudad de Valencia Sábado, 22 de febrero de 2020 a las 21:00 h. |
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Levante UD - Real Madrid | ||||
1 | 0 |
El Levante UD tumba al Real Madrid con un golazo de Morales.
El Real Madrid pierde el liderato.
Zidane regresaba a los cuatro centrocampistas para enfrentarse al Levante, equipo de «limpio y honroso historial» que salió inicialmente presionante, aunque se fuera imponiendo un control moderado y aburrido del Madrid.
El Levante tuvo una contra de Morales en el 12 y luego poco más. En el Madrid, Kroos buscaba el pase lúcido para Hazard. El pase al hueco es la evolución del fútbol, el momento visionario, el futuro, el progreso, el espíritu hegeliano, y se buscaba a Hazard porque quizás era lo mejor del Madrid, aunque sigue sin estar encajado en el equipo. Hazard cambia el Madrid pero aun no sabemos cómo. Luego se lesionó, adentrándose en la zona Bale del misterio físico.
El juego madridista a lo largo de la primera parte podría calificarse de «pssss». Malo no, bueno del todo tampoco. Marcelo asomaba revoltoso, pero el ataque era como de fogueo. El Madrid parecía estar jugando en broma, como haciendo guantes. Era un ataque acolchado, de gomaespuma.
Lo mejor era Hazard, ya se ha dicho, y en el 39 hubo un culmen de fútbol refitolero madridista en una combinación entre él, Isco y Benzema, que el falso 9 decidió convertir en otro pase al compañero. Esos minutos finales de la primera parte fueron los mejores del Madrid. Su dominio se había ido convirtiendo por fin en ocasiones y un peligro por primera vez verosímil. Hubo un tiro de Modric en el 40 y además se pudo reparar en que el Levante no había hecho daño al Madrid. Era la mejor noticia para Zidane. El equipo parecía recobrar la solidez perdida en los últimos partidos.
Esos instantes permitieron ver detalles de Hazard junto a cierta incomodidad suya por no encontrar el espacio justo. Parte de la afición se estaría preguntando si no sería Hazard compatible con Vinicius, uno más al centro y otro pegadísimo a la banda. Porque la primera parte acabó con un Madrid medio convincente, pero inofensivo y aún previsible.
La segunda mitad comenzó igual, con un Madrid a veces primoroso, esclavizado a la estética lentitud de Isco para bien y para mal. Pero el Levante todavía asomaba, aun mandaba señales de potencial peligro. El partido estaba en un punto curioso: pendiente de definirse y a la vez a punto de resolverse.
Le faltaba al Madrid la pólvora, el cuchillo, el venenito. En el 53, por ejemplo, Hazard se quedó mano a mano y falló. Falló otro Benzema en el 60, e Isco chutó flojo en el 62. Con los minutos cundía una sensación de cierto relajo, de burocratismo.
¿Era consciente el Madrid de que se jugaba el liderato? Era un dominio de despotismo suave y poco incisivo en lo fundamental. Faltaba la ruptura del extremo en la banda y la agresividad rompiente del rematador, pero este Madrid es así, como si le faltara el capítulo final del libro sobre cómo atacar.
Para colmo, Hazard comenzó a cojear y tuvo que ser sustituido por Vinicius. La sensación era que Vinicius es un titular desplazado, un titular al que no le dejan ser, y que Hazard es un futbolista que seis meses después no se ha podido integrar en el Madrid.
El Levante quería crear peligro, pero topaba con un Ramos caudillista, aunque con los minutos dejó de estar claro si el gol estaba más cerca del Madrid, del Levante o de ninguno de los dos.
El Madrid dejó de controlar el juego y resultó que tenía más gol el Levante. En el 78, un balón largo a la espalda de Carvajal acabó en golazo de Morales. Un remate colosal de delantero real, tangible, contante y sonante.
La reacción del Madrid fue escasamente Vinicius, como de costumbre. Abrió algún espacio desbordando por la banda, pero no encontró rematador. Sería el anuncio por palabras del Madrid: «Equipo en formación busca arriba solución». Pero fue muy poco, casi nada lo que hizo el Madrid. Acabó hojaldroso, suavito y romo. Como si no tuviera mucha sangre o como si estuviera pensando en otra cosa.
Ese puede ser el consuelo y la justificación: el City y el Barcelona. Porque acabó mal, sin un recurso épico, sin centros. Solo lo poco que pudo hacer Vinicius como una flecha en el extremo o lo que aportó el reprís de Valverde desde el banquillo.
¿Por qué el Madrid no atacó por bandas? ¿Qué plomo carga a sus laterales? ¿Por qué centran con desgana si además no hay nadie arriba? ¿A qué responsabilidades atiende Benzema, a las del delantero o a las de un mediapunta?
La conclusión final del Madrid: Ramos acudiendo a centros imposibles. El Levante se llevó una victoria importante que resaltará internacionalmente su buen nombre y su gran gestión reciente.
Al Madrid no le dura el liderato, ni le dura el fútbol. No recibía goles y ya le vuelven a marcar. A las puertas de la primavera está como siempre: a decidir en un ida y vuelta si es un buen equipo o no. Después de unos meses ligueros, nadie puede afirmarlo con rotundidad.